Especial "Tocando el timbre", Parte 1: Halli Galli

Espero que estéis jugando mucho pues os traigo la primera parte de Tocando el timbre, una sección en la que os mostraremos los juegos más famosos del autor Haim Shafir publicados por Mercurio en España. Os contaremos cómo jugar, cuál es su público objetivo, qué situaciones serán las más favorables para sacarlos y una pequeña conclusión con nuestra experiencia personal sobre cada uno.

Sin más dilación, empezaremos fuerte con uno de los más conocidos, un clásico que levanta pasiones entre los más pequeños:

Nombre: Halli Galli
Diseñador: Haim Shafir
Editado por: Mercurio
Jugadores: 2 - 6
Edad: +6
Tiempo: 15´
Dependencia idiomática: No
Fundas: No.
Precio aproximado: 17,50€
Dónde comprarlo: Halli Galli en Zacatrus

Lo primero que tenéis que saber sobre Halli Galli es que tiene un timbre, os parecerá algo irrisorio y sin importancia, pero os equivocáis. Nunca olvidaré aquel día en el Festival internacional de juegos en Córdoba: una orquesta de timbres sonando descompasados con un estruendo metálico, como si se tratara del canto de una sirena atrayéndote hasta el stand de Mercurio. Ese mismo día descubrimos que es normal tocar la campanita más de lo necesario o ¿acaso vais a negar que sería lo primero que haríais al abrirlo?

Una partida a Halli Galli dura poco más de 10 minutos y se explica en menos de uno. Para empezar se coloca el ya mencionado timbre en medio de la mesa (esperáis unos cinco minutos a que dejen de toquetearlo) y repartís todas las cartas. Por turnos, cuanto más rápidos mejor, se irán descubriendo cartas de vuestra pila. Cuando haya sobre la mesa exactamente cinco frutas iguales, sumando las de todos los participantes, los más rápidos tienen que tocar el timbre lo antes posible. El más veloz cogerá todas las cartas bocarriba, en caso de equivocarse al darle a la campana sufrirá una penalización. El juego acaba cuando sólo quede uno con cartas en su pila que será el ganador.

El número de jugadores altera bastante su equilibrio, pocos jugadores se traduce en menos combinaciones posibles entre las cartas descubiertas pero muchos significa que las manos se verán drásticamente reducidas acortando demasiado la duración para los primeros eliminados.

He visto familias enteras con las manos unas encima de otras, adolescentes olvidándose del WhatsApp concentrados en las cartas, abuelas y nietos sumergidos en unos duelos feroces, incluso nosotros hemos estado más de una hora sin parar. Halli Galli es uno de esos juegos para todos los públicos y todas las edades, da igual el grupo de personas pues será una elección segura. Diversión pura concentrada en 56 cartas y un timbre.

Sus reglas sencillas y el uso de habilidades básicas como: reflejos, diferenciar colores y sumar lo convierten en una herramienta pedagógica fenomenal. Sin olvidarnos de nuestros mayores a los que el juego podría ayudar tanto mental como físicamente. Pero no sólo será entretenido para ellos, cualquier persona con un poco de interés e inquietud va a divertirse con él. Reuniones familiares, tardes con los amigos tomando el típico café en casa o cualquier otra velada con un ambiente distendido es apto para sacarlo.


Nosotros tuvimos el placer de probarlo en el Festival internacional de juegos en Córdoba y desde entonces estamos enganchados, yo me lo paso genial aunque me da la risa en cuanto fallo una mano (lo que hace que pierda aún más). Al terminar tan rápido, es de esos juegos que no puedes parar después de sólo una partida.

Su fama y múltiples ediciones alrededor de todo el mundo avalan su éxito, pero las sonrisas que produce en quienes se entregan a él son mayor garantía. No dejéis pasar la oportunidad de tener este timbre de recepcionista en casa.
Rápido, sencillo y extremadamente divertido. Educativo. Para todos los públicos.
Corto con más de 4 jugadores.

Nombre: Halli Galli Junior
Diseñador: Haim Shafir
Editado por: Mercurio
Jugadores: 2 - 4
Edad: +4
Tiempo: 10´
Dependencia idiomática: No
Fundas: No.
Precio aproximado: 18€

Tal como habéis podido deducir de su nombre Halli Galli Junior es una versión adaptada para niños pequeños. Las similitudes son claramente perceptibles: la edición es la misma, la caja es de igual tamaño y ambos incluyen 56 cartas y un timbre. La única diferencia es el contenido de las cartas.
"Ocho payasos de diferentes colores, unos tristes y otros contentos, deambulan por la pista hasta que dos payasos idénticos sonriendo coinciden y los jugadores corren a tocar el timbre. Quien lo consiga antes se queda con todos los payasos en la mesa."
Ésta es la explicación necesaria para empezar a jugar. La preparación se resume en repartir todas las cartas y poner el pulsador en el medio, los jugadores voltearán sus cartas hasta que haya dos payasos del mismo color en la mesa, el primero que toque el timbre se quedará con todas las cartas bocarriba. Pero cuidado, los payasos tristes no cuentan, sólo están para confundir. En caso de tocar el timbre cuando no se debe hay que dar una carta a los demás jugadores. 


En Halli Galli la dificultad era realizar sencillas operaciones de adición, así como reconocer figuras y colores. Los niños aprenden a sumar y adquieren la madurez suficiente para entender conceptos abstractos como las cantidades a partir de 6-7 años, pero son capaces de distinguir los colores y clasificarlos a los 2-3 años. Además, las caras tristes o contentas servirán también para educar su inteligencia emocional que también se desarrolla a edades tempranas. Todos los componentes están concebidos para llamar la atención de los infantes: sus colores llamativos, las caras de los payasos, el movimiento constante y el timbre que hace ruido. 

Aprender mientras se divierten es la mejor manera de educarlos. A ellos le encantará y aunque no jueguen exactamente con las reglas marcadas seguro que les entretiene igualmente. Además, los papas también podrán usarlo y tener sus piques privados porque reconocer colores sabemos todos pero, ¿cómo andamos de rapidez de reflejos?


Ideal y muy recomendado para aquellos padres con niños pequeños en edad preescolar. No desaprovechéis nunca la ocasión de jugar con ellos. Educarlos lejos de las pantallas es posible. 

Cuidado con los payasos tristes porque han perdido sus gorros y están deseando hacerte perder la partida.
Apto desde edades muy tempranas, los payasos tristes como intrusos.
Se restringe el ámbito de los niños pequeños, repetitivo, inferior a Halli Galli original.

1 comentario:

  1. ¡Estupenda entrada! Debo de decir que no soy muy fan de éste tipo de juegos, pero el componente pedagógico que resaltas lo hace una excepción. Me has despertado interés por, al menos, probarlo. ¡A seguir con la "saga"!

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